Si me matan dirán que me lo merecía, porque me encantaba provocar hombres dando el pecho en público. Me lo merecía porque usaba faldas cortas y a veces ni brasier me ponía. Claro, si me casé embarazada, seguro era una puta.

Si me matan dirán que me lo merecía por ser una mala madre, ¡pobre de mis hijos que ni su propia cama tenían, estaban descalzos todo el día, comían con las manos y no iban a la escuela!.

En definitiva y sin importar lo que haga, lo que diga, lo que use, lo que vista, lo que omita van a justificar mi muerte porque soy mujer, porque mi cuerpo es propiedad pública, porque no hice lo suficiente para evitarlo.

Y luego de echarme la culpa y justificar a mi asesino, me olvidarán, seré un número, una estadística, una más.

Texto: Ana Acosta Rodríguez

Foto: Rodrigo de a Garza