Ser mamá te transforma en muchas cosas pero no te transforma en robot. Parece que la sociedad da por sentado que al convertirte una en madre el mismísimo Buda entra en tu cuerpo y te ofrece el equilibrio y la consciencia plena absoluta para gestionar las emociones de toda la familia menos las tuyas: mantenerte serena ante el llanto desconsolado de tu hijo, mantenerte en paz ante las sugerencias cargadas de imposición de tu marido, mantenerte abierta ante la crítica no constructiva de otras madres, estar equilibrada ante los desbalances hormonales y tranquila a pesar de haber dormido 3 horas.
Parece que cuando nace tu hijo te tuvieras que graduar con el título de “experta en reprimir mis emociones y dejarme para lo último”.
Bueno, quiero despedazar ese irreal mito de la madre robot, de la maternidad generadora de mártires: cuando te transformas en madre seguís con los mismos asuntos pendientes de antes y la maternidad no equivale a 10 años de psicoterapia, por el contrario, un apoyo de una especialista es muy beneficioso.
Por eso es vital prepararse desde antes o durante con meditación como parte de nuestro camino hacia la consciencia plena, con tiempo para una misma, con reuniones en tribu con otras mamás para sacar afuera nuestros temores, dudas y alegrías y principalmente con NO sentirnos culpables ni dejar que nadie, guiado por su ego, nos mida con la vara del juicio y la comparación.
Nadie es dueño de la verdad, ni conoce tu historia, ni camina con tus zapatos.
Yo puedo tener un mal día
Yo puedo llora sin culpa
Yo puedo tomarme una hora si siento que no doy más
Yo tengo la potestad de decidir que es lo mejor para mis hijos
Yo puedo equivocarme
Yo tengo derecho a reaccionar si alguien me hiere
Yo también necesito ser abrazada y no ser siempre la que abraza
Yo soy humana
Yo soy imperfecta
Yo me amo, me valoro, me felicito y me respeto por dar lo mejor de mi.
Autora: Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalista
Si te ayudan mis posts y quieres que siga trayendo contenido de calidad, ahora puedes ayudarme haciendo una pequeña donación. ¡Muchísimas gracias!
Imagen: kosogkaos