Son las 8 de la noche pero todavía es de día y mis hijos están sucios, con los pelos revueltos correteando por la playa mientras yo estoy tirada en la arena frente a ellos pero con la mirada perdida, la espalda encorvada.
Se acerca una señora con cara de preocupación y me dice: “su hijo está jugando con un palo bastante grande” ayer fue un señor “su nena se está poniendo arena en la boca” y la semana pasada una mamá “su nena está caminando con un solo zapato” y yo los miro y les digo “si, lo sé” y mientras que uno que otro me regala una sonrisa y sigue su camino a la mayoría la cara se les transforma y veo en sus miradas que se mueren por llamar a servicios sociales porque piensa que soy una mala madre, una negligente…
Pero ninguna de esas personas tiene idea: que estoy agotada, que necesito descansar mi cerebro y mi cuerpo por cinco minutos, que me levante a las 5 de la mañana cuando todavía era de noche, que los he bañado dos veces hoy porque en el parque jugaron con agua y tierra libremente, que les he cambiado de ropa 4 veces porque ellos están aprendiendo comer solos y obviamente derraman comida y se ensucian, que hoy no durmieron siesta, que esta es la tercera playa que hemos visitado en el día, que me pase una hora tirada en el piso jugando legos con el más grande y otra hora inmóvil en el sillón dando teta. Ninguno de ellos sabe que hasta al baño vamos en manada…
No tienen ni idea que anoche me desperté 4 veces porque la pequeña está con lo de las muelas y no duerme bien y yo duermo a su lado igual de mal. No tienen que mi marido está hace cinco días de viaje ni que mi familia vive a 9000 km de distancia…
No tienen ni idea porque no me preguntan, solo me juzgan, asumen lo que ven al final del día. Porque el resto del día soy invisible para toda la humanidad: para criticarme están todos primeros en la fila, para darme una mano nadie.
Pero siempre encuentro otra mamá tirada en la playa, con la mirada perdida, despeinada y cuando miro a sus hijos los veo más sucios que los míos pero igual de felices y me abrazo y me felicito y me vale madre lo que opinen los demás porque ellos NO saben pero yo SI y eso basta.
Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalistas
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