El club de las malas madres

“¿ES DURA LA MATERNIDAD?”, me preguntaron hoy.

Depende de tus expectativas: si pretendes que a los 3 meses tu hijo duerma 8 horas de corrido, que se quede jugando solo en un corralito, que la lactancia fluya mágicamente, que se duerma en los brazos de cualquiera, que no tenga reflujo ni cólicos y que no llore mucho entonces si, la maternidad es durísima. 

Los primeros meses y hasta los 3 o 4 años, son muy intensos y por más que los adornemos de colores es una realidad. 

Y es que son muchos y muy de golpe los cambios en la vida de una mamá: tus amistades cambian, la relación con tu pareja cambia, tus rutinas cambian, tu cuerpo cambia, tus expectativas cambian, tu balance hormonal cambia y cambia incluso tu cerebro y su actividad. Todo se modifica y no es que en tres meses se acomoda mágicamente en su lugar. 

El tiempo que le lleva a tu hijo la maduración cerebral de las funciones ejecutivas que le permiten autoregularse y controlar sus impulsos (que son 4 años) te lleva a ti como mujer redefinirte y apropiarte de tu nuevo yo, el de madre, con muchas luchas internas en el medio. Esa cantidad de tiempo te tiene más poner las cosas en su lugar, aunque en realidad nunca vuelven exactamente al mismo lugar sino a uno nuevo y mejor. 

Pero es muy importante tener algo en claro: Ahora somos mamás de niños pequeños y hemos perdido gran parte del control de nuestros tiempos. Ya no decidimos cuanto dormir, cuando comer o con quien ir al baño, simpelmente en este momento no podemos y ESTA BIEN.

Reconciliarnos con esta realidad y aceptarla sabiendo que no será para siempre y que de verdad pasa muy rápido nos ayudará a ver los dias que pasan no como cruces en un calendario sino como bendiciones y oportunidades de crecer con nuestros hijos, de crear memorias.

Yo no cambiará mi experiencia en la maternidad por nada en el mundo, aún con sus sombras me ha enseñado demasiadas cosas, ha cambiado mi visión del mundo, del género y me ha obligado a arreglar asuntos pendientes para ser mejor personas. Sin la maternidad no sería quien soy hoy y amo la mujer que soy hoy. 

No somos ni mamás perfectas ni malas madres, somos mujeres tratando de dar lo mejor con las herramientas que tenemos y en la realidad que nos toca vivir, porque digan lo que digan y critiquen lo que critiquen  la única certeza de la maternidad es que nadie nunca va a amar o cuidar de nuestros hijos como nosotras lo hacemos.

Si cumplir con todas las expectativas de la sociedad es ser buena madre entonces soy la peor de todas porque no importa lo que haga siempre va a haber alguien que critique mi maternidad. Pareciera que las madres somos figuras públicas: entérense señor, señora que NO lo somos y si no pedimos su opinión lo mejor es que use su voz interior.

Un brindis por las malas Madres!

Autora: Ana Acosta Rodríguez, Mamá Minimalista.

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