Como cuesta disfrutar el presente cuando vivimos con una mentalidad futurista. Y que difícil entonces se hace decirle a los propios hijos que no se apuren en querer crecer si continuamente nos ven apurados y apurándolos en todo: los apuramos para cambiarse cuando ellos quizás quieren que los persigamos un rato para jugar, los apuramos …
